Friday, September 08, 2006

Fronteras y líneas divisorias

He estado pensando mucho últimamente, respecto del tema de las fronteras, los límites, las bisagras, las conjunciones. No he podido llegar a ninguna conclusión interesante, más allá de que mis pensamientos en sí mismos, son interesantes per se (para mí, claro está).
En primer lugar y conforme el diccionario, frontera es parte de la definición de límite, por cuanto y siendo ésta contenida en áquel, la definición que proporcionaré es la del segundo: Límite
m. Línea real o imaginaria, frontera que separa dos cosas:este río es el límite oeste de la provincia. Fin, grado máximo, tope. mat. Magnitud fija a la que tienden o se acercan cada vez más los términos de una secuencia infinita. Punto o grado, término que no puede rebasarse.
Me llamó siempre la atención, cómo siendo éste algo imaginario, los hombres y a veces las mujeres en mayor medida, nos empeñamos en convertirlo en real y tangible. Se ponen letreros, se obliga a los ríos, se instalan puestos de control, aduanas, gendarmes.
En un sentido menos geográfico o de cuestión de estado, noto como mi propio cuerpo tiene fronteras, que están dadas, a veces por sutiles cambios otras por abruptos abismos.
El espacio en el que mi pecho es parte de un escote o mis pechos en sí, está delimitado desde todos los puntos cardinales por una diferencia de color y textura que algunos identifican como areola, otros coronan con el nombre de pezón y yo misma denomino "timbres". En cualquiera de los casos, parece que la diferencia entre mi pecho a fronteras abiertas es mucho más noble y explorable, que cuando los soldados le echan ropas encima.
El lugar donde termina la espalda y comienza la cola, limita al sur con otra frontera que separa a la última en cola occidental y cola oriental. Sin embargo, y como nunca me pareció sexy "la línea divisoria de nalgas", yo preferí delimitarla con un tattoo. Si la estrella está completamente fuera del pantalón, se me está por ver el culo. Nótese que no tengo nada en particular contra la mecionada "raya" siempre que la misma esté toda al descubierto, o sea que su poseedor/a, esté completamente desnudo. La parcialidad de la misma me resulta irritante a la vista.
Asimismo, detecto sensaciones que poseen límites. El placer es una de ellas. Esa bisagra en que el placer se convierte por exceso en molestia, no tiene un lugar definido ni un punto exacto. A decir verdad tampoco son tantas las veces que uno tiene la dicha de decir o decirse. "Pará un poco estás irrumpiendo en territorio ajeno".
Sin embargo hay otros umbrales que me preocupan más. En la mayoría de los casos los "terruños" a los que me reifero, son tan impalpables como los límites en sí.
Hace tiempo que me pregunto, dónde tienen el punto de inflección, el famoso punto tripartito, la libertad, el libertinaje y el abandono.
Que río o montaña separa al ser soltero con el ser solitario. Estar de novio/casado o estar comprometido con la causa de la pareja. El no me molesta del no me importa. La tolerancia de la indiferencia. La indulgencia del conformismo. La comodidad de la cobardía. La costumbre de la mediocridad.
Pero por sobre todas las cosas, hace tiempo que busco ese punto imperceptible que se mide en calor y tiempo, más que en espacios, ese momento justo, ese movimiento certero, esa voz interior que me indique, cuándo, cuándo...
CUÁNDO, la carne dejó de estar cruda para pasar a estar jugosa!?!?!?!?!?!?!

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