Monday, August 14, 2006

Espejito, espejito...

Ayer recordé a mi amiga la Negra Karuzic, una de esas personas a las que la erosión eólica que generan mis eternos y raudos devaneos, terminaron por desgastar y la montaña de amor y amistad que éramos, conviertieran sólo en un montoncito de granos de arena.

La recordé no ya por su sensatez y sensibilidad, sino por su risa. Por la manera clara y directa de decirme las cosas que me parecían más complicadas. Por sus reveladoras declaraciones, respecto de las cuestiones más evidentes y por ende menos notadas.

Así que un día, mirando la foto de MTGold (una affaire que tenía por aquellos días) me dijo: Negra (negra era ella, negra era yo) parece tu hermanito! Qué decís?!?!? le repliqué con la ceja izquierda en completo motín. Se nota perfecto que es unos años mayor que yo.
No naba, sentenció, parecen hijos del mismo matrimonio, parece que pertenecieran a la misma estirpe y el mismo linaje, a una misma cadena de ADN. Mi ceja no deponía armas, así que, concluyó: Que es igual a vos pelotuda!

Abandonó la causa violenta el superciliar y unido a su compañero del lado derecho, optaron por la recta en 180° respecto de la nariz y la boca dibujó una perfecta O.

Qué asco le dije! y seguimos hablando del zodíaco, la economía, la sexualidad y otros temas menores como el arte, el amor y la muerte.

La idea me había parecido entre nefasta e incestuosa. No quise analizarla por algún tiempo, pero necesitaba refutarla. Entonces, un día, saqué el libro grande de cocina internacional clásica (para estos días es cocina internacional demodée) donde guardaba las fotos de los prontuarios que tan bien la justicia del calendario, habían blanqueado, algunos retratos y monté con las Polaroids que mis retinas guardaban, otros par de identikits.

Vamos a simular sus nombres y decir: Juan, Ernesto, Pedro y Luis me había gustado muchísimo. Una atracción fatal pero sin conejos ni montañas rusas. Me habían parecido todos ellos, una auténtica bomba de atractones (que son los protones de la atracción física en mi imaginación).

Entonces, cual cirujana, o más bien como forense, comencé la disección de los rasgos de estos hombres.

Cabellos oscuros y brillosos.
Cejas definidas y negras.
Ojos marrones de miradas intensas como un buen ristretto y deliciosas como el cacao.
Fuertes estructuras óseas, en pómulos y mentones.
Narices "interesantes" y generosas.
Bocas notoriamente bien dibujadas.
Cuerpos fácilmente dibujables con el método de los triángulos (cuando uno esboza un cuerpo pre dibujo, puede usar, rectángulos, óvalos, o mixturarlos, hagan la prueba y vean los resultados).

Y luego cuestiones que sólo son pasibles de análisis "in motion". Caminares apurados y firmes, pero con una cierta cadencia o meneo. Grandes despliegues de movimientos digitales para asir las cosas, casi una coreógrafía de dedos diría. Buenas posturas. Sonrisas de piano, carcajadas sinfónicas. Por mencionar algunos ítems.

Uds. me conocen? Entonces sabrán que, así soy yo, la Karuzic tenía razón (casi siempre tenía razón, esta no iba a ser la excepeción). Y sigue teniéndola a través del tiempo, pues esto sigue funcionando así!

Por otro lado, jamás han sido así mis novios, se entiende no? Mis novios han sido casi siempre todo lo contrario.

Tengo las siguientes dudas al respecto. Estas elecciones se deberán a:

Edipo? (no olvidemos que soy el vivo retrato de mi padre).

Que se es lo que se come?

Egocentrismo?

Coincidencia?

Parecer lo que se es y ser lo que se parece?

Que conociéndome bien a mí misma, conoceré bien a mi "reflejo"?

Ninguna de las anteriores?

Todas las anteriores?

En cualquier de los casos y como me dijera el primer decretado "hermanito mío" por la Karuza.
Natula, lo que atrae no siempre enamora..., salvo claro en la propiedad reflexiva del caso, porque yo me encanto y me adoro, sabélo Meteoro!

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