La zorra y las uvas, el zorro y el trigo
Como muchos de Uds. sabrán hay una clásica fábula de Esopo, ese griego moralista (aunque algo vengativo si me preguntan a mí), que andaba por la vida enroscado en una sábana, contando cuentos con moraleja (eviten la rima sencilla, gracias), que lleva por nombre el primer pedazo del título de este post.
La misma versa que después de mucho intentar llegar a las uvas de una parra muy alta, la zorra le dijo al pajarito que la miraba burlón: -¿Sabes? -dijo, dirigiéndose al pajarillo-, me avisaron de que estaban maduras, pero veo que aún están verdes. Por eso no quiero tomarlas. Las uvas verdes no son un plato apropiado para quien tiene tan buen paladar como yo. Sólo para no dar el brazo a torcer, vio.
La misma versa que después de mucho intentar llegar a las uvas de una parra muy alta, la zorra le dijo al pajarito que la miraba burlón: -¿Sabes? -dijo, dirigiéndose al pajarillo-, me avisaron de que estaban maduras, pero veo que aún están verdes. Por eso no quiero tomarlas. Las uvas verdes no son un plato apropiado para quien tiene tan buen paladar como yo. Sólo para no dar el brazo a torcer, vio.
Respecto de las uvas, con ellas se hace el vino. El vino es para mí sinónimo de compartir y disfrutar. A veces lo disfruto solita mientras preparo algo para comer. Otras veces lo comparto con la Dra. B2, frente a algo preparado por mí, por ella, o por ninguna de ambas. También con muchos otros amigos, y casi siempre con los amores y los amantes. El vino me sienta bien poqrue me viste de color uva por dentro. Genera momentos, espacios, climas que son siempre armónicos y deliciosos.
Respecto de la zorra. Y como dije el otro día pero invocando a otro zorro más famoso (y no me refiero a Don Diego de la Vega, si no al de El Principito). Yo soy muy zorra!
Necesito que me domestiquen, porque sólo se conoce bien lo que se domestica. Como ese zorro tampoco como pan, y sobre todo, considero irerfutable que: " -Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios."
Es necesario disfrutar y compartir el vino, dejarnos domesticar para conocernos y darnos a conocer, ganar llanto a causa del color del trigo y no ver sino con los ojos del corazón...
Es necesario reconocer que la parra es más alta que lo me dan las patas y dejar de dar por verdes a las uvas maduras, pero fuera de mi alcance. Si tuviera la paciencia de domesticarlas... no serían vino acaso?
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