Tuesday, December 05, 2006

Memoria selectiva y olvidos repentinos

Hoy, como muchos otros días, me desperté con algunos pensamiento bien ubicuos atravesando mi mente... Pensé cosas como:

Por qué si recuerdo el día que me hice señorita, no logro recordar en qué momento mi pubis se hizo peludita o cuando fue la primera vez que tuve que depilarme para ponerme shorts.

Tengo presente con claridad prístina la primera vez que pude leer sola la hora en un reloj de agujas, pero no me vuelve a la cabeza, cuándo fue la última vez que miré un reloj en mi propia muñeca para saber si estaba en horario y de qué?

Sé que se puede enumerar las cosas o cuestiones, tangibles o etéreas, por las cuáles dejar de querer a una persona, sin embargo definir el momento exacto en que eso acontece, suele quedar totalmente desdibujado por no decir, absolutamente borrado.

Que teniendo la palabra orgasmo, tantas diferentes posibilidades de definición y no menos sinónimos, no he conocido a quién me pueda definir exatamente qué sensaciones le recorren el cuerpo y con muchísima suerte alguna vez alguien pudo decir que le pasó en el alma, en ese instante glorioso en que tuvo su mejor clímax.
Cuál es la reacción química, que convierte un punzante sentimiento de melancolía y tristeza por extrañar a alguien, en una suave cosquilla allí donde esa persona nos hubiera "tatuado" sus recuerdos.
Me ecantaría saber, quién capitalizó el tiempo que yo he perdido en empresas obstinadas como conseguir un ápice de generosidad en un tacaño acérrimo, y quién tiene los dividendos de las inversiones en paciencia absurda que supe tenerle a quien, si bien no la merecía, me dotó de la misma en un montón de otros órdenes en la vida.
Dónde estará ahora mi primer amorcito de verano y a quién le habrá tocado alguno de sus dorados bucles apenas ásperos por el río y el viento, porque estoy segura de que con 30 años en sus ojos azules, el pelo ya no le llega a los hombros.
Qué es lo que habré generado en aquellas personas que me recuerdan con tanto cariño, pese al paso implacable del tiempo y la poca voluntad que yo creo haberle puesto a mi relación con ellos.
Estarán contentos o al menos conformes, aquellos a los que bendije con mi indiferencia y los otros a los que maldije con mi perseverancia?
Qué tiene en mente esa gente que no acepta un no por repuesta, so pena de rebajarse, implorar, o aun recibir sólo virutas de sexo para saciar su necesidad estructural de amor?
Será conveniente que escriba en algún papelito que después me asegure de no perder, que el día que me di cuenta de que te quería, fue porque entrabas con la gorra en la mano y los ojos llenos de sol, y no como en otros cuentos donde uno se da cuenta de que quiere mucho a alguien cuando esa persona sale, llevando en la mano un pañuelo y en los ojos un desborde de lágirmas?
No, mejor no, tal vez lo inmenso del querer radique precisamente en perder el recuerdo exacto de cúando comenzó a suceder, pero en encontrar siempre en la memoria inmediata el sentimiento claro de que eso está pasando ahora y acá.

Free Hit Counter