Wednesday, November 08, 2006

Lo que cantan tus co...

Hoy estoy como la propaganda de Iguana y entonces me dieron ganas de:

Grabar como mensaje del contestador de casa: "Si no tenés mi número de celular, ni te gastes, es que no me importás, después del pip cantáte algo si querés, pero no me dejes mensaje".

Decirle al alto ejecutivo de la consultora internacional que vino hoy a la compañía, que si se pone un ambo intente que las texturas combinen, porque el saco gris plomizo de mini buclée de hilo con pantalón gris topo de sarga, le queda como el orto. Y a mi conpañero cejoso, que sus chistes son igual de estúpidamente nauseabundos que él.
Jugar un campeonato de escupida a distancia, a lengua viva y con servatana, contra Tomate y seguir ganándole.

Gritarle a la verdulera paraguaya que NO QUIERO ninguna otra cosa que la que le estoy pidiendo, y que sistemáticamente voy a hacerle el test del aroma a los duraznos, damascos, peras y ciruelas antes de comprarlos, haciendo caso omiso de cualquier opinión que ella me dé, repsecto de las citadas frutas.

Faltar al laburo mañana y pasado, porque me lo merezco.
Explicarle al carnicero de los reflejitos amarillos, que aun teniendo algo de cara de pelotuda, distingo la cuadrada de la bola de lomo, así como él debería distinguir, ya que está entre carne todo el día, cuáles de sus clientas tienen tetas de plástico, de grasa o de "qué pedazo de hija de puta, las tetas que le tocaron en el reparto".

Sugerirle vía encuesta de opinión y análisis de ambiente laboral, a la gente de RRHH de las empresas, que no inviertan tanto en cursos de cómo ser más eficiente sin perder la alegre esclavitud, y que hagan salones dormidores al lado de los comedores.
Demostrarle a las vendedoras de zapatos que se fijan que uso la mochilita cruzada para adelante, en vez de notar que nunca pregunto un precio, sino sólo si tal o cual par lo tienen en 34, que al mejor estilo Mujer Bonita, pero autosubvencionada, cometen un grave error, que está perdiendo de $800/$1.000 por temporada entre adquisiciones propias y para regalar, además de las recomendaciones.
Advertirle al vendezapatos que atiende a la tarde en el Grimoldi de Quilmes, que el día que me toque un tobillo para calzarme una sandalia, le voy a dar un beso. Primero por la emoción de que Grimoldi haya hecho una sandalia que no me quede grande y segundo porque es muy lindo, simpático, amable y porque vende zapatos, claro.
Anunciarle fehacientemente por carta documento a mi hermana que le llenaría la boca de estopa, la rociaría con querosene y le acercaría los 222 patitos en llamas, cada vez que relata con detalle y entusiasmo, las clases de macramé y los programas de Utilísima.
Sorprender al pajerito que corre hacia la máquina de café cada vez que voy yo, y me clava los ojos en el culo en lo que tarda la vending en terminar el proceso, tirándole encima el capuchino, así aprende lo que es tener algo sabroso, moreno y caliente en la bragueta.
Y por último recomendarle a mi ex suegra, que se ponga Gynoempecid en las mejillas, porque con esa cara de concha afligida, esas no son manchas del sol lo que tiene, son hongos por falta de uso pero exeso de humedad Marta!

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