Thursday, March 16, 2006

La lengua de la mariposa (y su teclado también)

GRACIAS MAGIC. TE QUIERO!


De: Magic
Para: Naty

Hiciste que me reencontrara con la escritura...

Mientras trabajosamente desengraso los platos, pienso y pienso (éste es, aclaro, uno de mis cotidianos momentos de inspiración, junto con el de la ducha), y me vienen algunas expresiones de tu hermosa dedicatoria. Y tal es la emoción, que me invade un torbellino de mensajes para darte... Una especie de brainstorming (aunque, esta vez, sentimental) que en las entrevistas te piden apliques y, como marca la ley, nunca sale excepto cuando a tu cerebro le da la gana.

Y la inspiración me vino en este preciso instante, a tal punto que no pude soportar la pesadumbre y lentitud del lápiz sobre el papel, y recurrí a desempolvar aquella limitada notebook del año cero que conseguí por canje. No problem, con el Word alcanza y sobra para escribirte estos renglones.

Conmovida, leí hoy tus líneas. Esas que describen mi persona de un modo tan fiel y profundo, que hasta me provocan cierta culpa: como no percibí antes que me conocés con tal singularidad? Me plasmaste íntegra en un mural, con toda tu autenticidad, sin imitaciones. Por fortuna, nunca es tarde para descubrir universos, personas y sentimientos, y dejarse maravillar...

Pero claro! El día que me bautizaste metafóricamente, tendría que haberlo sabido. Con el apodo que hiciste nacer -el conciso y a la vez majestuoso Magic, que tantas cosas me simboliza- y la eterna mariposa ultradespierta que me imprimieron en el hombro, mi identidad se encuentra aún más completa.

Entre paréntesis: la historia de la mariposa es simple. Siempre la quise, sin titubeos. Un grabado hecho realidad a través del inmenso arte de un pelilargo de pantalones cuadriculados (según decían, el “Chino”) a quien quise volver a agradecer tiempo después por haber descifrado mi específica mariposa mental, pero no logré hallar...
Hoy, no me quitan este sello ni con heridas ni con prejuicios. Porque resume impecablemente mi visión del mundo: la cruel pero no por ello menos cierta realidad nacimiento-vida-muerte-la nada (los que quieran, que me encasillen donde les plazca por afirmarlo, todo bien); lo efímero que caracteriza a este ciclo de vida (que debería obligarnos a exprimir cada segundo con espontaneidad y vitalidad); y lo más importante: el sentido de LIBERTAD. Mientras vive, la mariposa es ingenuamente libre. Dirige su propia energía hacia donde le indica su intuición y su ímpetu, ignorando la inercia. No conoce la tortura de lo que nos esperara mañana; y no le interesa conocerla. Sólo el destino decide cuándo perece su libertad. Libertad que muere digna, sin arrepentimientos.

No era mi intención ponerme filosófica, pero bien me conocés (es más fuerte que yo), por lo cual sabrás comprender.
Deduzco: por alguna razón será que coincidimos tanto en los “lugares” espirituales, intelectuales, laborales, cibernéticos (*). Quizá porque pertenecemos a esa especie que no se conforma con lo que la vida le puede “dar”, sino que busca, explora, curiosea. Que, firmemente, cree o no cree... A esa especie que se puede reír aún con el lagrimón piantado en la pestaña, porque es ésa la actitud que nos permite vislumbrar aquello que necesitamos encontrar.


(*) una vez la psicóloga me dijo que mi conflicto clave se refiere a mi incógnita con respecto a los “lugares” (en el sentido más amplio del término). Algo de eso habrá...

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